Filmoteca Canaria proyecta el documental en Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura
‘Kusama: Infinity’ es el título de la nueva película que proyectará Filmoteca Canaria dentro del ciclo dedicado al festival RIZOMA. El documental muestra la trayectoria de la artista Yayoi Kusama, una de las figuras clave del arte contemporáneo a partir de los años 60, que compitió contra Andy Warhol por la atención mediática y reconocimiento en Nueva York, pero que acabó autorecluyéndose en un centro psiquiátrico en el que, a día de hoy, continúa interna, mientras crea y sigue siendo una de las firmas más cotizadas del mercado del arte.
La cinta podrá disfrutarse mañana, martes 6 de julio en el Teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria; el jueves 8 en el Espacio La Granja de Santa Cruz en Tenerife; y el jueves 15 en La Casa de los Coroneles en Fuerteventura. Todas las sesiones comienzan a las 19:00 horas. La proyección es en VOSE (japonés e inglés).
‘Kusama: Infinity” es una obra de la directora Heather Lenz en la que se aborda toda la trayectoria hasta la actualidad de Yayoi Kusama; una niña japonesa criada en un entorno familiar hostil, del que no recibió ningún tipo de apoyo para desarrollar su vocación y que ya expresaba los primeros signos de una salud mental delicada. Con 27 años la artista le envió una carta a la célebre pintora Georgia O’Keefe, en la que le pedía consejo para emprender su carrera como creadora. O’Keefe le respondió que se mudase a Nueva York y que recorriera la ciudad con un cuadro debajo del brazo.
Kusama se instala a finales de los 50 en la Gran Manzana. Su estilo personal de instalaciones envolventes que imitaban el universo y la fuerza de una obra inspirada en los traumas vitales llamaron rápidamente la atención de la crítica, logrando un hueco al lado de artistas tan aclamados en ese momento como Andy Warhol o Roy Lichtenstein.
Pero ese ascenso al pedestal cultural más importante del planeta conllevaba grandes sinsabores. Mujer y japonesa, la artista vivió en sus propias carnes cómo el machismo y la xenofobia seguían golpeando dentro de la alta cultura. Kusama terminó lanzándose por una ventana y, tras sobrevivir, se instaló voluntariamente en la institución psiquiátrica en la que continúa viviendo. Este hecho no paró ni su capacidad de producción ni su celebridad. Kusama continúa siendo una de las artistas mejor valoradas del mundo y a los 92 años declara que le gustaría que su arte sirviese ‘para hacer del mundo un lugar más pacífico’.