Parques y jardines

Paseo. Veo. Admiro. Contemplo. Remarco. Me paro. Vuelvo a caminar. Fotografío. Remiro. Vuelvo sobre mis pasos. Fotografío.

Juego con la mirada, con lo que veo. Rodeo un árbol, una planta, una palmera, un drago. Tomo un apunte. Y otro. Y otro.

Delineo. Sombreo. Camino. Vuelvo sobre mis pasos. Retomo. Aboceto…

Vuelvo a casa…

Descargo las fotos. Las vuelvo a ver, esta vez en la pantalla grande del PC. Selecciono. Elimino. Miro mis apuntes. Comienzo a dibujar: cojo un lápiz de grafito del 2B. Silueteo.

Sombreo. Texturizo. Perfilo. Muchas pequeñas líneas conforman un claroscuro.

Cojo acuarelas, rotuladores. Dibujo, coloreo. No me gusta. No funciona.

Destruyo.

Vuelvo a dibujar con portaminas. Pinto a gouache. Una capa de color, otra, una luz, una rama, una hoja, muchas hojas, muchas ramas…

Dibujo mis propios pies, caminando por el césped, encontrándose con una raíz, con un tronco de árbol, con una rama seca y retorcida.

Mirar. Remirar. Contemplar. Fotografiar.

Eso es crear: ver lo que otros no ven. Admirar lo que otros no admiran. Pararse a tomar una imagen de una simple planta, la copa de un laurel de indias, la luz de una farola que traspasa las hojas de ese árbol, la proyección de las sombras de un drago, la hierba oscura, parda, que apenas atinamos a ver en la oscuridad de la noche.

La penumbra, los contrastes de luz de la farola, las sombras arrojadas por el foco de luz blanca, los volúmenes impresionantes de las raíces que sobresalen de la tierra…

La belleza de las pequeñas cosas: el paseo simple sencillo y llano por mi barrio, por el parque, por los parterres de mis aceras, el pararse a ver lo que vemos bello, aunque esté oculto por las sombras de la noche.

Es precisamente eso lo interesante: el distinguir las formas de otro modo, con otra luz, con la tenue luz de una lámpara, o con el alto contraste lumínico de un foco. Unas hojitas oscilan al final de una rama por la brisa, su amarillo contrasta con las sombras oscuras de su alrededor, unas ramas se dibujan como simples líneas contra la luz de un foco del parque.

Aprehender todo eso. Captar lo que se pueda. Insistir, dibujarlo, sale otra cosa, salen formas diferentes pero muy sugerentes, surgen nuevos caminos. Caminos de creación en el papel, en el lienzo… y también andando, recorriendo, admirando.

– Germán Páez. Mayo 2018

Exposición Parques y jardines, de Germán Páez
Casa de los Coroneles, del 28 de septiembre al 8 de diciembre de 2018

Germán Páez (Arrecife de Lanzarote, 1967)