Con la obra nueva, la artista Marta Vega genera formas que las define como arquitecturas del color. Partiendo de formas geométricas sencillas, cuadrados y rectángulos de diferentes tamaños que luego ordena, pega y pinta, interior – exterior generando estructuras individuales que irán conformando una ciudad. Intenta ordenar el espacio, su espacio, la visión que tiene de él, espacios que pueden ser habitados o que jamás ocupará nadie para ser vividos. Son meros espejismos de esa realidad que a Marta Vega le gustaría que fuera. Visualiza espacios arquitectónicos desde la sensibilidad del color, la forma y las diferentes texturas siempre de una manera armónica. Manipula y reconstruye una y otra vez, ese territorio urbano que observa diariamente con colores vivos e intensos en busca del equilibrio y el silencio que espera encontrar en ellos. Cada pieza individualmente, tiene vida propia y constituye una obra en si misma una vez acabada. Intenta que el espectador interactúe con la obra y se sienta parte de ella a través de espejos que reflejan su propio rostro a modo de retrato individual y único con cada una de las piezas de pared, es una propuesta que le hace para que se mire delante de un espejo y se vea reflejado en ella, que a la vez es un cuadro y una escultura pero también es efímero ya que se vive una experiencia que solo la ve el propio retratado y que desaparece en cuanto deja de observar la obra desde las diferentes perspectivas. Hay por un lado una mirada al interior de la obra y al exterior del rostro retratado que invita a la reflexión con una relación directa entre el observador y lo observado. Habla del silencio, del vacío y del espacio interferido. De su yo ante un espejo que a la vez es escultura sin dejar de ser pintura.
Marta Vega (Las Palmas de Gran Canaria,1962), Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca en especialidad de pintura. En su trayectoria artística como pintora, ha participado en numerosas exposiciones colectivas e individuales. Ha realizado obras de gran formato y murales para Instituciones Públicas y privadas, como para el hall de La Editorial Prensa Canaria-La Provincia, en Las Palmas de Gran Canaria, mural en el Comedor del Materno en Las Palmas de Gran Canaria, Cafetería del Jet Foil en el Muelle de Las Palmas, el muro perimetral del Centro de Recursos Ambientales del Pambaso o la del recién inaugurado Auditorio de Valleseco en Las Palmas de Gran Canaria. En varias ocasiones ha colaborado con obras originales para revistas como AlHarafish o La Isla presentada en ARCO 2011, y ha realizado ilustraciones para libros entre los que destacan: Las manzanas son de tántalo de Paula Nogales, Tarari-Tarara de José Antonio Otero, ilustración para el poema de Berbel del libro: Que suenen las olas entre otros. Parte de su tiempo también lo dedica al diseño de joyas con piedras naturales.