Caverna y Cartografía del residuo, respectivamente, se podrán visitar desde el próximo viernes 22 de marzo y hasta el 11 de mayo
La obra reciente de los artistas grancanarios Mariana Palomino y Josefran Santana se muestra a partir del próximo viernes, 22 de marzo, en la Casa de los Coroneles en La Oliva, Fuerteventura. ‘Caverna’ y Cartografía del residuo’, respectivamente, a través del lenguaje artístico y distintos soportes pone el acento en la degradación del paisaje y la pérdida de identidad, así como entre lo verdadero o falso de la imagen que construye nuestro contexto.
Mariana Palomino (Las Palmas de Gran Canaria, 1988) es Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna, Busca desde sus inicios un arte personal, principalmente a través de la pintura, arte y entorno, relacionando color y espacio público. Produce acciones de intervención urbana y utiliza la ciudad como soporte con un fin constructivo. Es una vía para conectar con las personas, reactivando el sentido de pertenencia y comunidad. También ha participado en numerosas exposiciones colectivas, su obra se puede encontrar en países como Italia, Brasil, Colombia o México.
En su exposición, ‘Caverna’, la inestabilidad de un mundo al revés, está en el borde de lo real y lo imaginario. Lugares de valores abatidos, la inquietud de una sociedad ansiosa por el futuro con preguntas difíciles de responder, que conlleva la destrucción y degradación del paisaje.
Cavernas y yacimientos olvidados, que construyen el paisaje y patrimonio de nuestras islas, a veces ocultados, saqueados y destruidos por falta de sensibilidad, la llevan a exponer la parte vulnerable de la sociedad. Para la artista el significado es incierto, lo que provoca tantas preguntas como respuestas. Una visión del caos, muerte con fragmentos y sensación de horror, el disgusto con una creciente impotencia de un mundo caótico. Con una narrativa “no resuelta” que genera tensión, que coincide con la apuesta desesperada de hoy en el futuro.
Las principales líneas de trabajo de Josefran Santana (Gran Canria, 1978) .se sitúan en la permanencia o incapacidad de permanencia de las cosas, la pérdida, la identidad de la memoria del sujeto u objeto, la clasificación entre verdadero o falso, que construye nuestro contexto y nuestra identidad.
Bajo esta última premisa, “me cuestiono hacer un análisis inverso de la imagen. Una imagen negativa, a modo de imagen fallida. La sensación de una materialidad inactiva, vaga, indiferente, un desvanecimiento del contexto, que ilusoriamente se nos presenta oculto, invisible, inmaterial”, apunta Santana.
El artista a modo de huella, cartografía los desperdicios que desde su estudio se generan, las acciones que se van sucediendo en ese espacio minúsculo que lo rodea. Con el convencimiento de creer que la imagen siguiente será mejor, y, por consiguiente, la imagen verdadera estará por llegar. En el proyecto surge la necesidad de momentos visuales rápidos e improntas del contexto, que en algunos casos terminan por la dispersión de la imagen, una copia que se pierde en o se fuga tras su repetición o calco, su desvanecimiento.
La idea en un principio se basa en cartografías de mapas imaginarios, pero tras la persecución en busca de un orden aparentemente visual, este desaparece en pro de un caos metodológico. “Utilizo como proceso de trabajo la impronta, el garabato, la dispersión o vertido de la tinta, así como todo aquel elemento que se genera y se acumula desde el trabajo diario. Lo que me permite crear mapas des-localizados desde el descontrol técnico y conceptual del no hallar una frontera localizada, sino más bien como cartografías sin resultados finales, quedando todo el proceso sin terminar, en un boceto, en una imagen sin codificar, en imagen no válida” explica el artista.