La exposición «María Montez, de La Palma a Hollywood«, una producción del Cabildo de La Palma, con la colaboración con Filmoteca Canaria, llega a la Casa de los Coroneles (La Oliva, Fuerteventura) para mostrar un recorrido por la vida de esta actriz de ascendencia palmera, que triunfó en la meca del cine en la década de los cuarenta.
Desde el 24 de mayo al 27 de julio, el público podrá visitar este homenaje a la actriz en el centenario de su nacimiento, en una actualización y revisión de su trayectoria como estrella del tecnicolor hollywoodense, al tiempo que la exposición también recuerda la figura del recientemente desaparecido, Antonio Pérez Arnay, su principal biógrafo y uno de sus rendidos admiradores.
La muestra sobre María Montez ofrece a los visitantes carteles de películas, correspondencia y fotografías de distintos momentos de su vida.
Los orígenes de María Montez están estrechamente vinculados a la isla de La Palma. Es en esta isla donde nació su padre, Isidoro Gracia García, y donde aún se conserva la casa familiar, en la localidad de Garafía. Las dificultades económicas de la familia obligaron a Isidoro y a su hermano Joaquín a emigrar en busca de fortuna, primero a Cuba y posteriormente a la República Dominicana, donde fijaron su residencia en la localidad de Barahona. Allí fue donde Isidoro conoció a la que se convertiría en su compañera y, tras casi 16 años de convivencia, en su esposa, María Teresa Vidal Recio. Fruto de esta unión nacieron diez hijos. La segunda de estos fue María África Gracia Vidal, que para la posteridad ha quedado inmortalizada como María Montez.
Por avatares de su vida se traslada a Nueva York, donde la joven no tardó en destacar gracias a su atractivo y a su capacidad para estar en los lugares adecuados en el momento justo. Así, consiguió pronto trabajo como modelo y de ahí a hacer unas pruebas para entrar en el mundo del cine solo había un pequeño paso. María terminó aceptando una oferta de los estudios Universal y en julio de 1940 se trasladó a Hollywood, donde, ya desde un primer momento, se convirtió en María Montez.
Películas como La Venus de la selva (1941), Aquella noche en Río (1941), Las mil y una noches (1942) o Ali Baba y los cuarenta ladrones (1944) convirtieron a la actriz de origen canario en la «Reina del Tecnicolor», en unos años en los que la Segunda Guerra Mundial hacía que el público estuviera ávido de este tipo de vehículos escapistas y llenos de colorido para olvidar por unas horas la terrible realidad de la guerra.
Coincidiendo con el fin de la contienda, los espectadores comienzan a cansarse de esta fórmula y las películas de María Montez van decreciendo en popularidad. El 7 de septiembre de 1951, a la edad de 39 años, María Montez falleció en su casa de París debido a un fallo cardiaco.
Durante su vida María Montez mantuvo correspondencia con su primo Armando Gracia San Fiel (1913-1997), cartas que muestran la personalidad sencilla de la actriz, próxima, comunicativa y curiosa por sus familiares palmeros coincidiendo con el momento en que ya se encontraba en la cumbre de su carrera cinematográfica.
Exposición | María Montez, de La Palma a Hollywood en la Casa de los Coroneles hasta el 27 de julio 2013.