3 anotaciones

Al hablar de Anotaciones, no con lápiz y papel, esta vez con la cámara fotográfica, que igualmente podrían ser Reflexiones. Reflexiones que surgen de la manera más imprevista.

1ª Anotación:

Nos dirigimos por la carretera del Norte, (podría ser cualquiera, ya que abundan). Según avanzamos notamos que desde hace 30 – 40 años el paisaje cambia constantemente: muchísimas antenas de todos los tamaños, contenedores para basura de todos los colores, señalizaciones y pintadas por todos lados. Un paisaje constantemente en obras, totalmente mutable, y un largo etc.

Aunque no nos guste, desgraciadamente es así. Partiendo de que esos lugares existen y cada vez van a más, se nos antoja, imaginarlos de una manera más “onírica- idílica”, lugares ideales que cada vez existen en menor cantidad.

¿Qué hay detrás de unos muros recién pintados si nos adentramos por cualquiera de esos caminos de tierra? Una realidad aplastante: basura, escombros, muebles viejos y un sin fin de desechos que desgraciadamente sin ser casualidad nos enfrentamos a ello. No se ven desde la carretera pero existen y hacen que el medio ambiente se deteriore cada vez más.

Si observamos bien entre tanta basura, donde hay un poco de tierra libre, nacen diferentes tipos de vegetación que no prosperan porque la basura lo impide. ¿Qué pasaría si no existiesen esos basureros y esa vegetación pudiese aflorar a la superficie? De esta anotación, surge esta propuesta: dejemos que la naturaleza actúe sobre la naturaleza.

2ª Anotación:

Gran espacio, infinito, azul, gris, turquesa, negro…, según las inclemencias atmosféricas: EL MAR, que tanto nos une y nos separa; camino de ida y vuelta de culturas y mestizajes.

Un mar que ha sido intervenido por la mano del hombre, unas veces por utilidad, necesidad, o simplemente por ornamento o decoración. Estas intervenciones han dado lugar a una serie de “Construcciones marinas” que si las analizamos detenidamente muchas de ellas las percibimos como auténticas esculturas de gran interés estético y expresivo, que están ahí donde la salitre, el roce de las piedras y el agua moldean a su antojo.

3ª Anotación:

Mañana gris, lluviosa, sin un itinerario trazado de antemano; caminar y nunca en línea recta. Subir o bajar por una paralela del punto de partida. Volver a subir/bajar hacia otro lado, y así hasta que el deambular/pasear acaba.

La calle está vacía, domingo por la mañana. El paisaje urbano ha ido cambiando de forma progresiva, hasta hacerlo a pasos agigantados en la actualidad. El bolso pesa; hay un sinfín de cosas, unas útiles otras no tanto: DNI, llaves, el móvil, carmín de labios, etc., como siempre uno de los objetos imprescindibles: la cámara de fotos. Algo llama poderosamente la atención: infinidad de locales y negocios que han cerrado, con carteles de fondo amarillo y letras negras. “Se alquila”, “se traspasa”, “se vende”, “liquidación por cierre”, etc., y por el contrario han abierto múltiples de ellos que se dedican a la compra/venta de oro. Otros con rótulos propios de comics, en fin, muchísimas curiosidades que nunca antes se habían percibido tan en grado superlativo. ¿Motivo? ¡¡¡LA CRISIS!!!

“Volverán las oscuras golondrinas

en tu balcón sus nidos a colgar…”

“…aquellas que aprendieron nuestros nombres…

ésas… ¡no volverán!”

Gustavo Adolfo Bécquer. (Rima LIII)

Esperemos que el tiempo contradiga al poeta y esas golondrinas que no volvieron, en este caso regresen, si no como antes, que se le parezca. ¡A mejor!

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